La experiencia tántrica

Déjalo que sea tal como es. Acéptalo tal como es, y vuélvete más y más observadora, vete convirtiendo cada vez más en un testigo. Sólo en esa observación estarás segura. Sólo en esa observación te irás haciendo más bendita cada día; ¡no por repetirlo! sólo en esa observación, dejarás de dudar. Sólo en esa observación llegarás al centro de tu ser, donde no existe la muerte, donde sólo hay vida en abundancia, donde uno bebe el néctar del que habla Saraha.

Puedes caer, puedes caer desde el último peldaño. Hasta que te ilumines, te puedes volver atrás, puedes regresar: puedes negar, puedes traicionar, puedes rechazar. Puedes caer de nuevo en la desgracia; te puedes caer hasta desde el último peldaño. Hasta que y a no ser que hayas subido toda la escalera, hasta el último peldaño, hasta que y a no ser que seas simplemente un don nadie, puedes caer hacia atrás. Un ligero ego, un simple temblor del ego es suficiente para llevarte de regreso. Se puede condensar de nuevo, se puede integrar de nuevo, se puede convertir de nuevo en una nueva manía.

Además la seguridad no es mi camino; Ser sannyasin significa que estás preparado para vivir la vida sin ninguna seguridad. Ése es el mayor de los corajes, y con ese gran coraje se hace posible una gran bendición.

, tú puedes hipnotizarte a ti misma de esta forma: ésa es la metodología de Coué. Él le decía a sus pacientes: «piensa, sueña, imagina, visualiza cada noche antes de irte a dormir, cada mañana al despertarte, repite una y otra vez “voy mejorando, me voy volviendo más sano, me voy volviendo más feliz…”. Repítelo, sigue repitiéndolo».

Entonces el lago comienza a helarse. Empieza a volverse sólido, como la roca; pierde fluidez, se congela. Esto es a lo que el Tantra llama la mente.
Medita acerca de esto. La mente y la consciencia no son dos cosas sino dos estados, dos fases del mismo fenómeno. La consciencia es líquida, fluida; la mente es como la roca, como el hielo

cuarto es el centro más peligroso porque es el centro del que nace la confianza, del que nace la fe. Y la mente tiene que evitarlo. Si la mente no lo evita, entonces no habría posibilidades de duda. La mente vive de las dudas

El centro es el punto desde donde ocurre la transcendencia.

Y ése es uno de los mayores miedos de la gente civilizada: perder su mujer. Saben que si hay personas más vitales, ellos no podrán retener a sus mujeres.

El Tantra dice: para encontrar a la verdadera persona tendrás que ir a las raíces.

Tienes miedo del mundo embarrado.