Con apenas veinte años, un joven maestro es destinado a Valhondo, la pequeña aldea que, escondida en lo más profundo de la sierra y envuelta casi permanentemente en niebla, parece aislada de la civilización. Un mundo aparte, donde le esperan los alumnos de su escuela unitaria: veinticinco chavales de todas las edades para él solo. Demasiada tarea para sacar esa escuela adelante. Si lo consigue, es gracias al escritor León Tolstói y a su libro La escuela Yasnaia Poliana — La escuela del Claro del Bosque –, todo un modelo educativo basado en la cooperación y en el deseo de despertar el placer compartido de aprender. Los alumnos de Valhondo son hijos de humildes leñadores, pastores de cabras, corcheros, mieleros… y, muy especialmente, guardas de grandes fincas y cazadores furtivos. Los de estos últimos se aman inocentemente, pero los padres se odian a muerte. La sierra es el paraíso terrenal, es cierto, pero no la Arcadia soñada. Porque la paz y la armonía de la naturaleza, los humanos, con sus miserias, de golpe pueden quebrarlas