La quería. A pesar de todo. A pesar de las mentiras, la traición, el dolor. A pesar del arzobispo y de Morgane le Blanc. A pesar de mis hermanos. No sabía si ese amor era recíproco y no me importaba.
Si ella estaba destinada a arder en el infierno, ardería con ella.
—No. —La determinación letal latió en mis venas mientras me apartaba de la pared—. Lou no morirá, Ansel. La encontraremos.