Consumir preferentemente

La pega de no comprar fresco, de recurrir al envasado, de creer firmemente que no caduca de aquí a dos años. He sido feliz embutiéndomelo todo de golpe en la boca, con los dedos bañados en aceite, sin pan, a saco. He sido tan feliz

Yo también mataría, mataría cada día, mataría mucho y a todo el mundo. Sobre todo a los de la industria de los procesados, que me han vendido el cacho de salmón a precio popular prometiéndome alta calidad. Porque los supermercados ya son eso: parques de atracciones hechos para muertos de hambre que se creen que la crema de champiñones lleva champiñones y que la lata de albóndigas lleva carne de vacuno mientras van engendrando un cáncer que no se podrán curar en un hospital privado.

Porque todo el mundo necesita que lo salven. Y si es a través de una animada mezcla de fluidos, mejor.

no puedo escapar de este harakiri llamado rentabilidad

Pero yo anhelo un hito y supongo que eso ya es avaricia: una meta neta y factible es pedir demasiado

Pero dicen que la vida ya es eso, un incesante rugido desafinado

Como no he querido entender por las buenas que el hedonismo es cosa de ricos, Dios ha bajado y me ha castigado con una indigestión de las mías en plena noche, mientras se me acercaba al oído y me decía, susurrando, porta’t bé, porta’t bé, hazle caso a tu condición de clase, hazle caso a tu condición de clase.

La consecuencia de ir medio a contracorriente no es otra que el ridículo, más soportable que la autolesión. De aquí que cuando bebo más de cuatro birras, me acerque al primero que pasa y le diga no sé, me siento perdida, creo que no sirvo para nada, així, en general

, que és la mare de la ciència

Pero yo venga a quedarme porque te estoy amando locamenti pero no sé cómo te lo voy a decir.