SOLEDAD Y FALSA SOLEDAD
Yo, que leí poco a Thomas Merton, sin embargo copié de algún artículo suyo las siguientes palabras: «Cuando la sociedad humana cumple el deber en su verdadera función, las personas que la forman intensifican cada vez más la propia libertad individual y la integridad personal. Y cada individuo, cuanto más desarrolla y descubre las fuentes secretas de su propia personalidad incomunicable, más puede contribuir a la vida del todo. La soledad es necesaria para la sociedad como el silencio para el lenguaje, y el aire para los pulmones y la comida para el cuerpo. La comunidad, que busca invadir o destruir la soledad espiritual de los individuos que la componen, está condenándose a sí misma a la muerte por asfixia espiritual».
Y más adelante: «La soledad es tan necesaria, tanto para la sociedad como para el individuo, que cuando la sociedad falla en proveer la soledad suficiente para desarrollar la vida interior de las personas que la componen, éstas se rebelan y buscan la falsa soledad. La falsa soledad es cuando un individuo, al que le fue negado el derecho a convertirse en una persona, se venga de la sociedad transformando su individualidad en un arma destructiva. La verdadera soledad se encuentra en la humildad, que es infinitamente rica. La falsa soledad es el refugio del orgullo, e infinitamente pobre. La pobreza de la falsa soledad viene de una ilusión que pretende, al adornarse con cosas que nunca pueden ser poseídas, distinguir el yo del individuo de la masa de otros hombres. La verdadera soledad es sin un yo.
Por eso es rica en silencio y en caridad y en paz. Encuentra en sí interminables fuentes de bien para los otros. La falsa soledad es egocéntrica. Y porque nada encuentra en su centro, busca arrastrar todas las cosas hacia ella. Pero cada cosa que ella toca se infecta con su propia nada, y se destruye. La verdadera soledad limpia el alma, se abre completamente a los cuatro vientos de la generosidad. La falsa soledad cierra la puerta a todos los hombres.
Ambas soledades buscan distinguir al individuo de la multitud. La verdadera lo consigue, la falsa falla. La verdadera soledad separa a un hombre de otros para que pueda desarrollar el bien que está e