María José era una veinteañera dedicada a la fotografía, desde muy pequeña su gran pasión había sido capturar sus momentos favoritos en una cámara digital, su familia solía pensar que era solo una fase y en algún momento ella también lo creyó, hasta que a los 16 años cuando al graduarse de la escuela, decidió estudiar la carrera. Tres años después, ya con su título en mano comenzó a trabajar por su cuenta en eventos tales cómo: bodas, cumpleaños y celebraciones varias. Gracias a su excelente e impecable trabajo su agenda era muy ajetreada, si lograba tener dos días libres para su entorno social era una maravilla, sin embargo, a ella no le molestaba en absoluto ya que era lo que más le llenaba el alma hacer. Ella aún no lo sabía, pero gracias a esa pasión, conocería al que iba a ser el amor más desmesurado e inefable de su vida... Daniela.