El 7 de junio de 1640, día de Corpus Christi, Barcelona fue escenario de una revuelta popular que acabó con la vida de varios ministros de Felipe IV. Entre las víctimas se encontraba el virrey de Cataluña, el conde de Santa Coloma. Aquel magnicidio fue el precedente de una guerra de doce años que enfrentó a las tropas españolas contra los rebeldes catalanes y sus aliados franceses. Una conflagración en la que las imprentas de ambos bandos tuvieron un protagonismo hasta entonces nunca visto y en la que la persuasión mediante las palabras configuró una estrategia más de la contienda. Quién había asesinado al virrey fue una de las preguntas que muchos de los escritos difundidos durante la guerra trataron de responder.
A partir del estudio de un amplio elenco de fuentes impresas y manuscritas de mediados del siglo XVII, este libro ofrece un análisis pormenorizado de la lucha que se desencadenó en la Monarquía de España durante la década de 1640 por controlar la representación de aquella insurrección popular. Un minucioso análisis de los procesos de escritura con el que el autor explora cómo se articularon los relatos de violencia en un contexto de gran radicalización y polarización políticas. Con un fuerte carácter interdisciplinar, esta original investigación sobre la revuelta catalana de 1640 ofrece una mirada renovada acerca de la relación entre poder, memoria y violencia en la España de los Austrias.