escribe en La tabla rasa, «La creencia de que los gustos humanos no son más que preferencias culturales reversibles ha llevado a los planificadores sociales a impedir que la gente disfrute de la ornamentación, de la luz natural y de la escala humana y ha forzado a millones de personas a vivir en grises cajas de cemento». Ignorar nuestros antojos primarios tiene un precio.
*Psicólogo Evolucionista Steven Pinker