Barbara Pym escribió Cuarteto de otoño sin grandes esperanzas de que viera la luz. Llevaba tiempo sin publicar, al considerar sus editores que había quedado anclada en un costumbrismo apolillado y poco comercial. Después de que el poeta Philip Larkin y el crítico lord David Cecil reivindicaran su valía. Pym encontró editor para este libro, que resultó finalista del Premio Booker en 1977 y la consagró como una de las autoras inglesas más leídas y queridas del siglo XX.
Los protagonistas de esta novela trabajan en la misma oficina y afrontan el otoño de su vida sumidos en la soledad. Letty se va a jubilar sin haber encontrado el amor. Marcia tiene un carácter excéntrico y hosco, cualidades que se han acentuado desde que le practicaron una mastectomía. Edwin es un viudo obsesionado con asistir a ceremonias religiosas, y Norman un misántropo muy dado al sarcasmo. Todos viven suspendidos entre sus recuerdos de la guerra, un presente que no comprenden —el Londres del rock and roll y la minifalda— y un futuro lúgubre. Todos se obstinan, sin embargo, en encontrar la esperanza en una sociedad que les da la espalda o se apiada de ellos. Cuarteto de otoño es un estudio sutil de la soledad en la edad tardía, el retrato de cuatro vidas humildes pero dignas de atención, pese a no tener, como advierte Letty, «ningún interés para los escritores de narrativa contemporánea».