El inspector Singh vuelve a la acción, pero esta vez en Bali, donde lo han enviado para colaborar en la lucha antiterrorista después de un atentado. Solo hay un pequeño inconveniente: Singh no sabe nada de terrorismo, ¡lo suyo es investigar asesinatos! Por eso, cuando entre las víctimas aparece un cadáver con indicios de haber sido asesinado antes de que estallasen las bombas, Singh se frota las manos y se lanza a buscar al culpable con la ayuda de una voluntariosa policía australiana. Pero un crimen nunca es tan simple como parece, y este tiene consecuencias con alcance mundial.