El idioma, favorecedor de encuentros y creador de realidad, nos ofrece un universo de posibilidades de comunicación. Sus matices y sutilezas nos permiten, según nuestra destreza y conocimiento, ser más o menos asertivos y lograr diversos grados de impacto. Pero es cierto que el contexto cambiante y nuestras profesiones nos desafían cada vez con mayor velocidad y, en ocasiones, nos encontramos con cierta complejidad de pensamientos en búsqueda de la palabra perfecta que aún no terminó de acuñarse.
En este escenario signado por el movimiento y la flexibilidad, se valoran personas como Gustavo Ortolá, que comprometido con el decir fundacional de su actividad, dedica parte de su conocimiento y talento a la creación de neologismos que acompañen la evolución de la realidad del Real Estate.
Como dice en uno de los prólogos -el de Jordi Pol Encesa-, en este libro Ortolá ofrece palabras que «te inspirarán y quizás logren transformarte para que llegues a ser un gran profesional del sector Real Estate. Y como augura Carlos Muñoz, «este libro no solo actualizará nuestros conocimientos sobre el Real Estate, sino que también nos motivará a trazar el camino en la personalización de nuestra comunicación».