Con El sabotaje amoroso, Amélie Nothomb, volvió a demostrar por qué se ha convertido en uno de los más sugestivos fenómenos de las últimas décadas: es una escritora jovencísima de una enorme madurez que conecta con las inquietudes de su tiempo y las plasma en ficciones contundentes. El sabotaje amoroso recoge las conmovedoras vivencias de su infancia en China. En el gueto de los diplomáticos del barrio de San Li Tun, en Pekín, la narradora, que entonces tenía siete años, se enamora de una bellísima niña italiana, Elena. Ella le enseñará, con la cruel ingenuidad de la infancia, todos los padecimientos del amor. Nothomb es magistral tejiendo los géneros –el lirismo, el exotismo veraz, la voz profunda y tierna a la vez de quien aprende precozmente los laberintos de la pasión y se ve obligada a reflexionar sobre ellos–, y eso hace de esta novela una aventura irresistible en la senda de Lolita y de Ada o el ardor.