Las hogueras azules nace de una serie de ejercicios que, con el paso del tiempo y la depuración de las normas, acabó por transformarse en un juego. En las cuatro partes que componen este libro —"Prosopoema de una gota de lluvia", “Poemas del paso del tiempo”, “Haibun” y “Poemas para ser pintados”—, Juan F. Rivero experimenta con distintas formas de las tradiciones literarias de China y Japón, haciéndolas suyas desde una poética muy personal y ensanchándolas, cuando ha sido necesario, para dar cauce a una poesía delicada, concisa y muy actual, afín a la máxima taoísta de Si Kongtu: “Todas las formas prestadas son absurdas”.