Los personajes de esta novela no son exactamente estereotipos. Nina, la abuela, no es la típica anciana dulce y cariñosa; a Claudia, la hermana, le gusta el futbol y tiene la rudeza de la que carece Eduardo, el protagonista, o ¿deberíamos decir la protagonista? Sí, Eduardo sabe que es una mujer en un cuerpo de hombre, así que escoge un nombre propio con el que sí se reconoce: Victoria. Esto y todo lo que le sucede es lo que le platica a su diario, que se ha convertido en un personaje más de esta historia.