Los Sonetos de Góngora son un río en deshielo, metes la mano y te congela su culteranismo. De barroca sintaxis embadurna el idioma y obliga a buscar los referentes clásicos. Tres o cuatro temas recurrentes en los cien y varios poemas más. Me gusta uno en particular que conozco desde la secundaria: La dulce boca que a gustar convida un humor entre perlas destilado... Insufrible su pelea con Lope de Vega. De ingenio filoso engalana la poesía española con retuercanos y metáforas alucinantes. Finalmente, un imprescindible de ocasión.