50 malentendidos en la ciencia

Es evidente que el mito de que un rayo “nunca cae dos veces en el mismo sitio” no puede tener un fundamento real. ¿Cómo puede saber una corriente eléctrica aleatoria dónde cayó antes? A menos que Zeus o Thor lleven un registro de sus blancos, no es una defensa creíble contra los rayos.

Si viéramos lo que en verdad ven los ojos, sería una imagen constantemente sacudida, peor que un video de aficionado filmado con cámara en mano. Nuestros cerebros editan todo para crear una visión aparentemente estable, pero que no es estrictamente real.

Toda la evidencia sugiere que Vicary nunca realizó los experimentos en absoluto, y que sencillamente inventó las cifras. Los estudios auténticos demostraron que la publicidad subliminal no podía persuadir a las personas de comprar algo que no hubiesen comprado de todos modos, aunque hubo parte de la evidencia que demostró que tenía un leve efecto.

Los camaleones también usan el color para administrar la temperatura: los colores más claros reflejan mejor el
infrarrojo, mientras que los colores oscuros lo absorben. Al aclararse la piel cuando la luz del sol es intensa, los animales pueden evitar el sobrecalentamiento.

que la teoría del Big Bang no logra es decirnos de dónde surgió todo. Comienza una minúscula fracción de segundo después del comienzo del espacio y tiempo, pero no nos dice nada acerca de dónde o cómo surgió el universo y sus leyes natu

47. El pescado es beneficioso para el cerebro

El 25 de abril de 1986, mientras se testeaba un sistema de enfriado de emergencia, un operario casi apagó el reactor. Para mantener el flujo de energía, los ingenieros anularon el sistema de seguridad y subieron la tasa de reacción. Como la temperatura aumentó de golpe, la presión del vapor se volvió demasiado grande e hizo volar al reactor.

6. Las cucarachas pueden sobrevivir a una explosión nuclear

Pero en ningún sentido puede afirmarse que los bosques sean los pulmones del planeta.

Por la noche, los árboles vuelven a absorber oxígeno, así que solo alrededor de la mitad del oxígeno que producen permanece en la atmósfera