un diario durante una semana y luego revisa las anotaciones. Es muy sencillo: solo has de escribir lo que haces cada día y luego puntuar tu estado de ánimo del cero al diez. Cero significa fatal, y diez, fenomenal. Anota y marca también actividades que te gusta hacer con una «E» y actividades que te proporcionan una sensación de logro con una «A». Nada es demasiado pequeño o insignificante. Si de verdad disfrutas la hora del desayuno, pon una «E» al lado de esa casilla. Si te apetece el descanso a media tarde para tomar un té o un café —aunque no lo disfrutes tanto como el rato del desayuno—, pon también una «E» al lado de dicha actividad. Si salir de la cama y ducharte te provoca una sensación de logro, escribe una «A» al lado.
Este diario no consiste en pensar cómo otras personas valorarían tu día, sino en cómo lo valoras tú. En un plano más general, salir de la cama y ducharte quizá no se considere un gran logro, pero en un día en que te sientes particularmente deprimido, sí que lo es, ya que tu cuerpo y tu mente te están pidiendo a gritos que hagas todo lo contrario.