Aporofobia, creo que ésa es la idea central que vertebra las acciones en el presente libro. Con otras palabras, el odio a los mendigos, quizá porque nos recuerdan de manera cotidiana que no nos hallamos en el mejor mundo de todos los posibles. Nos encontramos así con una sucesión de indigentes, en ocasiones con delirios paranoides, uno de los cuales, Miguel Ejido, aparece muerto en circunstancias extrañas. Los otros dos protagonistas son Ciriaco Medina, un conductor de autobuses prejubilado, aficionado a las cuestiones detectivescas y desubicado de su entorno vital, y Mercedes, una camarera, Licenciada en Filología, que a sus cincuenta y algo años nunca ha sido la musa de nadie. Por lo tanto, hay una muerte que investigar, pero no se trata de una novela policial al uso, sino que las insatisfacciones personales y el inframundo social tejen el entramado en que discurren los episodios de esta obra. Pero disponemos aún de otro protagonista: la propia ciudad y su laberinto de calles, pues, según ha destacado Lola Clavero en el prólogo, uno se siente expulsado cuando empieza a comprender los enigmas urbanos. Espero ahora que esta narración sea de su agrado.
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