La interlocución con el mar podría ser un diálogo incesante, cíclico como olas que se rompen y resurgen, con la poesía misma. Con PoeMar, Fernando del Paso se consolida como un poeta deslumbrante en tanto se aboca a articular su propia mitología del mar, a “inventar un mar a partir de la nada”. En el marco de una plétora de formas poéticas, nombrar al mar —referente literario por excelencia— es nombrar al lenguaje, concertar gozosamente el experimento verbal de explorar la significación de lo inconmensurable.