El hermano menor de Tom —o mejor dicho, el medio hermano—, Sid, ya había terminado su parte del trabajo —recoger las astillas—, pues era un niño pequeño, y no era para nada travieso ni problemático.
Mientras Tom terminaba su sopa —y agarraba sin permiso azúcar en cada oportunidad—, la tía Polly le cuestionaba con astucia y profundidad, porque quería atrapar al muchacho y ponerlo en aprietos.