Son tres. Azul, amarillo, rojo. El azul del misterio y la nobleza, de amplia y excesiva ambigüedad, el color más raro en el reino natural. El amarillo de las mejillas de los pingüinos emperador y de los celos en cualquier historia y geografía. Y el rojo del crepúsculo, de la sangre, de la capa en las corridas de toros y de los vestidos de novia chinos.
Este libro singularísimo, extraordinario, propone un recorrido cultural fascinante por la dimensión artística, literaria, lingüística, botánica, cinematográfica, estética, religiosa, científica, culinaria y hasta emocional de cada color primario.
La gran riqueza léxica y flexibilidad sintáctica, la perfección para armonizar la abstracción y el detalle y encontrar destellos, matices, leyendas, hallazgos de toda clase que se precipitan sobre nosotros en cascada, hacen de estos tres ensayos una imprevisible y gratificante teoría del conocimiento.
Después de leer Los colores primarios, en admirable versión de Ariel Dilon, a nadie le pasará inadvertido que Alexander Theroux es uno de los grandes maestros de la lengua inglesa actual.