Tu razón y tu pasión son el timón y las velas de tu alma marinera.
Si o tus velas o tu timón esté roto, sólo puedes sacudir e ir a la deriva o pararte en el medio del mar.
Porque la razón, dictaminando sola, es una fuerza limitadora; y la pasión, desatentada, es una llama que se quema hasta su propia destrucción.
Por eso deja a tu alma que exalte tu razón a la alteza de la pasión, para que cante;
Y que ella dirija tu pasión con razón,