Esta reunión es una obra de arte. El profesor cuyo nombre mencioné cuando todos recordábamos a los buenos maestros me preguntó en cierta ocasión «¿qué hacen los artistas?», y yo farfullé alguna memez. «Hacen dos cosas —siguió él—. En primer lugar, reconocen que no pueden enderezar todo el universo. Y en segundo, escogen una pequeña parte de ese mundo y lo convierten en lo que debería ser. Con un montón de arcilla, un trozo de lienzo, una hoja de papel, lo que sea.» Todos hemos trabajado muy duro y muy bien para hacer de estos momentos y de este lugar exactamente lo que deberían ser.