«Ser poeta es una actitud.
La trayectoria literaria de la madurez de Alberto Testa muestra una vez más, interesantes y muy precisas variedades apoyadas en una perfección formal que potencia el aspecto estético de los poemas, el sesgo hacia lo místico y hacia preocupaciones de carácter metafísico y espiritual. Se aprecia en cada título una sugestiva reformulación del lenguaje, que refleja la madurez entrañable del poeta y el efecto de esta actitud en su trayectoria terrestre.
Lúcido, sensual, sin barroquismos, combativo, el autor propone una poética propia, haciendo gala de su mejor verbo, de una extraordinaria perspicacia y capacidad para desconcertar con imágenes espléndidas, para cantar la literatura con la mejor poesía.
La diversidad conceptual que Alberto Testa entrega hoy incluye una ingente pluralidad de recursos literarios, juegos de palabras, estructuras, emociones, entre muchos otros elementos que maravillan y maravillarán al lector. Interesante la intención de que cada título haya sido decorado con ilustraciones que siguen un aparente y simple esquema: conformar un pasaje hacia la trascendencia a través de la belleza del arte.
'El amor se encuentra, / no en la rosa que se busca,/ sino en el jardín que se cultiva', dice nuestro autor.
El blanco en la poesía, entiendo, es parte de la poesía misma. Por eso Testa suma a la palabra, ilustraciones en zentangle, arte meditativo que consiste en la creación de dibujos a partir de patrones abstractos. Este volumen ofrece, pues, un universo propio, distintivo, trascendente, y logra con un inusitado y cuidado diseño, un ámbito equilibrado y bello que logra estremecer.
Rubén Darío remataría mejor estas líneas: 'Aplaudamos siempre lo sincero, lo consciente, y lo apasionado, sobre todo'" (Mercedes Fernández. Junio, 2022).