Si hay un sector en la sociedad que debería fomentar la reflexión profunda en los demás y en sí mismo, ese sector es la academia. Sin embargo, la corporativización de las universidades contemporáneas ha acelerado el reloj, demandando un aumento de velocidad y en la eficiencia de los cuerpos docentes a pesar de las consecuencias negativas que esto acarrea para la educación y el conocimiento.
En LA DOCENTE SLOW. CONTRA LA CULTURA DE LA VELOCIDAD EN LA ACADEMIA, Maggie Berg y Barbara K. Seeber discuten cómo es que adoptar los principios del movimiento Slow en la vida académica puede contrarrestar la erosión de la educación humanista. A partir de la revaloración del miembro individual del cuerpo docente y su práctica profesional, las autoras analizan el impacto de la cultura de la velocidad en la labor académica y las formas de aliviar el estrés mientras la enseñanza, la investigación y el compañerismo mejoran.
Esta obra será una lectura indispensable para los profesores y los investigadores que están preocupados por el ritmo desenfrenado de la vida universitaria contemporánea.