Una familia iraní separada por la revolución de 1979 se reúne durante diez días en una casa de la costa de Turquía. La matriarca lleva casi treinta años sin ver a algunos de sus seis hijos, sus nietos no hablan la misma lengua, y se da cuenta de que el peso de los malentendidos y el tiempo transcurrido ha dividido profundamente a su familia: los que se han ido extrañan su tierra, mientras que los que se han quedado en ella envidian las riquezas y comodidades de las que disfrutan sus parientes en el extranjero. Después de varias rencillas, advierte a sus hijos de que es hora de restañar las heridas antes de que la ruptura sea definitiva. Cada uno alberga reproches en su fuero interno, resentimientos nutridos por la ignorancia, la necesidad de presumir de los éxitos o de justificar sus carencias. La madre escucha los diferentes puntos de vista, comprende tanto la nostalgia por la patria como el anhelo por la libertad, y reconcilia a los exiliados con los que nunca partieron.