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Pareciera que todo en la vida de Nora está fríamente calculado y meticulosamente planeado, hasta el más mínimo detalle bajo control. Hasta que por capricho de su hermana tiene que pasar una temporada en un "pintoresco" pueblito lejos de la bulliciosa Manhattan y tratando de recetar (en contra de su voluntad) una película del Hallmark Channel. Y bueno, como es de esperar en ese tipo de historias, Nora encontrará algo muy valioso en medio de todo ese bello desorden en el que se ve envuelta, la cuestión es si ella estará dispuesta a tomarlo o dejarlo.

Odio las películas de Hallmark Channel con toda mi alma y mi ser y gusto muy muy poco de las comedias romanticas, pero este libro me ganó desde el primer capítulo. Tal vez mucho tiene que ver el hecho de que por primera vez leo algo del género en el que los protagonistas tienen más de 30 años y eso ya de entrada me ayuda un montón a simpatizar con ellos porque, por primera vez los veo viviendo situaciones similares a lo día a día y teniendo las mismas dudas existenciales por las que estoy pasando a mis 32 años.
El libro tiene muy buen ritmo de principio a fin y no deja de haber incógnitas y vueltas de tuerca hasta el último capitulo. Esto, aunado a la maravillosa narración y a los diálogos tan sabrosos y ácidos de ver en cuando, hacen la lectura super llevadera.

Ahora, yo le estoy dando puntos extras porque la historia de Nora me pegó bieeeeen duro a nivel personal, cosa que me tomó desprevenida la verdad; porque la necesidad de tener el control va más allá de la carrera profesional de Nora y duele ver lo mucho que le cuesta darse cuenda de que hay cosas... o vidas que simplemente no puedes mantener bajo tu lupa por el resto de tus días.

Ampliamente recomendado, me sorprendió gratamente. Y me hizo llorar más de lo que esperaba.