Creo que me sentía triste todo el tiempo, pero nunca se lo dije a nadie. Si alguien me hubiera preguntado: «¿Qué sientes dentro de ti?», yo habría dicho que me sentía bien, absolutamente bien. Aun cuando hubiese podido decir que estaba triste, jamás habría podido explicar por qué. ¿Cómo podía justificar el sentirme así? No estaba sufriendo. En mi vida no faltaba nada importante. Me refiero a que nunca nos faltaba comida, teníamos todo cuanto necesitábamos.