Anteriormente se creía que los factores que determinaban el dinamismo de la economía eran la capacidad de ahorro y la disponibilidad de capital de los países; un poco más en la actualidad, en un marco de libre mercado, lo han determinado la estabilidad y el equilibrio macroeconómico. El predominio que tuvieron dichos factores en los círculos académicos dejó en la penumbra a otros que —al menos en contextos regionales— ayudaban a explicar la prosperidad productiva. El caso del conocimiento y la innovación, pese a que por muchos años la teoría no le reconoció ninguna relevancia y a que era escasa la influencia entre los policymaker, estuvo presente entre los economistas institucionales. Hasta que la evidencia empírica demostró el impacto que tiene la inversión en ciencia y tecnología, los programas y las acciones del sector público la tomaron en cuenta. Para reflexionar sobre los alcances y las implicaciones de ese proceso, El Colegio de Sonora, junto a otras instituciones y en coordinación con el COECYT de la entidad, organizó un foro internacional orientado a revisar las experiencias nacionales e internacionales en esta materia. El resultado fue un encuentro que rebasó las expectativas de los colaboradores, y como producto de esa reunión se compiló esta publicación que reúne las mejores ponencias; se espera que estas contribuyan al debate en torno a la temática aquí referida.