a su alrededor todo permanecía en silencio, aunque sin duda la casa no estaba vacía. «Qué vida tan tranquila lleva mi familia», se dijo Gregor, y sintió, mientras miraba fijamente a la oscuridad frente a él, un gran orgullo por haber podido procurar a sus padres y a su hermana una vida así en una casa tan bonita. ¿Es que toda la tranquilidad, todo el bienestar, toda la felicidad tenían que terminar ahora de manera espantosa? P