Eres un jefe extraño, Ludriq. Puedes ser temible con los enemigos, implacable con los indisciplinados, fraternal con los valientes y leales… Tienes la energía y la crueldad objetivas de un gran señor. Eres duro y justo. Y lo que es más importante: puedes mirar el mundo como un cristiano o un musulmán, según lo necesites.
—Hago lo que puedo.
—Haces más que eso, o tal vez sea que prometes menos de lo que puedes…