Por mandato del rey, el poderoso escocés Alec Kinkaid debe casarse con una joven inglesa. La elegida era Jamie, hija menor del barón Jamison, una belleza de ojos color violeta. Alec ansiaba acariciarla, domarla, poseerla… para siempre. Pero Jamie había jurado que jamás se rendiría a ese bárbaro de las Tierras Altas.El era todo aquello contra lo cual el corazón de Jamie estaba en guardia: un pícaro arrogante y bien plantado cuyo aspecto rudo insinuaba placeres salvajes. Pero aunque los besos de fuego de Alec encendían su sangre, Jamie se le resistía implacablemente.