Los filósofos, científicos y artistas siempre han querido descifrar el universo. Los hombres de todas las denominaciones siempre han fracasado en esta ardua empresa. Lo que llamamos creatividad no es sino un intento de entender una parte de lo que llamamos mundo o universo. El triunfalismo en la ciencia no es sino un intento desesperado, y quizá patético e inútil, de pensar que ahora sí ya sabemos qué es esa cosa viscosa, impenetrable, inasible. Quizás el mundo, como creía Pascal, no puede ser entendido y tal vez ni siquiera intuido ni por la razón ni por la pasión. Y no obstante, la ciencia es un intento de explicar lo inexplicable y el arte un intento de expresar lo inexpresable.