Los secretos y rencores que alberga la mansión de las hermanas Lacroix, como se la conoce con respeto en la pequeña ciudad de provincias, encierran al cabeza de familia en una inmensa soledad. Sus moradores se refugian, según sus caracteres, en el misticismo, la especulación filosófica y artística, y un odio meticulosamente alimentado, ya sea desde la prepotencia o la debilidad. La inexorable huida de la generación joven, o su invasión de los espacios nobles, abocará a las hermanas a una convivencia relegada a compartir definitivamente recuerdos y mezquindades que nunca quisieron olvidar.
«Otra novela grande de uno de los escritores con más oficio del siglo XX. Parece concebida como un drama teatral en tres actos. La casa errática es el escenario y los personajes entran y salen, aparecen y desaparecen, se ocultan o se muestran en un magistral y equilibrado movimiento sinfónico”.
Fulgencio Argüelles, El Comercio
«Siempre tuve la convicción de que las novelas de Georges Simenon enseñan a leer. Supongo que también enseñan a escribir, en este terreno no faltan novelistas que aseguran que también. Simenon demostró que es un novelista soberbio, un muñidor de atmósferas irrepetibles. Un Simenon en todo su esplendor”.
J. Ernesto Ayala-Dip, El Correo
«Tengo la sensación de haber escrito esta reseña siete veces y repetir el mismo cumplido setenta más: la de Georges Simenon es novela negra dura y sin concesiones para la galería. Si con los casos del comisario Maigret el escritor francés disipó cualquier duda con respecto a lo que podía aportar al género policíaco, con novelas como Las hermanas Lacroix fue más allá, hasta el punto de enmendarle la plana a Balzac en la observación de la costumbres humanas, con una profundidad de análisis poco usual”.
Antonio Bordón, La Provincia