En su génesis hay sin duda cinco grandes corrientes históricas. El gran detonante es la revolución cimarrona de Haití de 1789, con mujeres como Fatima; la segunda y determinante, la que llevó a cabo la UNIA con Amy Jacques y Amy Awood; la tercera, la del revolucionario ghanés, inmortalizada gracias al concurso de Miriam Makeba, Funmilayo Ransome-Kuti o Martha Moumié, y la cuarta es aquella que lideró la derrota del sistema del apartheid con Winnie Madikizela y Robert Sabukwe. La quinta y última es la actual, la que estamos realizando desde Durban, la reparación.