Se llama “alto riesgo” al embarazo en el cuál existe, asociado a patología materna y/o fetal, un pronóstico de morbilidad mayor que en un embarazo normal. Estos embarazos representan del 20% al 30% del total, pero son responsables de más del 80% de los resultados maternos y perinatales adversos. Problemas como la prematurez, la asfixia perinatal, las malformaciones congénitas y las enfermedades maternas pregestacionales requieren de estrategias orientadas a su prevención diagnóstico y tratamiento oportunos.