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Elaine Vilar Madruga

El cielo de la selva

La selva marca la pauta: las mujeres deben parir y criar a sus hijos para volverlos el alimento de la selva. Y la selva es “un dios hambriento como todos los dioses del mundo”. Quienes viven en las inmediaciones de ese ente insondable, aceptan le pacto: el tributo es el costo de sobrevivir. Elaine Vilar evoca a Medea para plantear un universo implacable en el que las mujeres pueden dar vida, pero el mundo externo las devora. ¿Acaso la naturaleza tiene una noción de justicia? Esta magnífica obra es una alegoría sobre eso y sobre la maternidad y los cuerpos de la mujer. También lo es sobre los ritos y la cosmogonía selvática. Terror polifónico, una escritura salvaje que esconde la puerta indetectable del miedo. Cada paso, cada pisada, se escucha en este libro. Y hay tantas selvas como miedos.
260 printed pages
Copyright owner
Bookwire
Original publication
2024
Publication year
2024
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👍👎

Impressions

  • Carolinashared an impression2 months ago
    👍Worth reading
    🔮Hidden Depths
    🎯Worthwhile
    🚀Unputdownable

    Que increíble novela, macabra, cruel, bellamente grotesca como lo es la vida aquí representada por la selva y como destruye a la mujer desde que es madre y engendra a su hija, me encantó!

  • Cleo Letrasshared an impression2 days ago
    🚀Unputdownable

    La selva es la madre tenebrosa y un dios mezquino, escrito desde esa metáfora, es un terror latinoamericano. Magistral.

  • Cecy Hermosilloshared an impression10 hours ago
    👍Worth reading

Quotes

  • Mariana Peregrinahas quoted15 hours ago
    Inocente de todo. Culpable de todo.
  • Mariana Peregrinahas quoted16 hours ago
    Costaba que te vistieran con esas ropas porque imaginabas a otra niña, parecida a ti, desnuda entre los árboles, siendo picada por mosquitos y jejenes, sin nada salvo la soledad y el abandono de aquella abuela que despojaba a una nieta para vestir a otra. No importaba que tu madre intentara convencerte y que Santa, siempre práctica, se llevara las mejores cosas. Santa no pensaba en cuerpos desnudos ni en cadáveres, no era capaz de oler la muerte en aquellas prendas.
  • Mariana Peregrinahas quoted16 hours ago
    Nada te pertenecía.

    Nada era tuyo por completo. Ni siquiera tu hermana, ni siquiera tu madre, ni siquiera tu cuerpo.

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