El cielo de la selva

se viene a morir, a la vida me refiero, y a la selva también

La naturaleza de la muerte es una para todos, es un idioma común de las especies.

por primera vez sin hambre en mucho tiempo. A ver si no es milagro que un hijo esté satisfecho

Recuerdo las flores que crecieron directamente en el cordón umbilical de una de las crías que di a luz y después en su ombligo. No importaba que yo las cortara, carajo, las flores volvían a salir

Cuando había pan era del hijo. Si había arroz era del hijo. Para la madre nada. Las madres nada merecen tener y ella se había cansado de eso, del hijo y de su peso, de su pobreza heredada, de ser mujer y del derecho al hambre que no le permitían sentir.

El cielo de la selva estaba salpicado de verde

cielo de la selva era un lugar hermoso donde todos los niños abandonados se encontrarían con sus padres algún día.

La pobreza here-dada de generación en generación, más tenaz que la muerte, porque era vivir como muertos en vida, sin esperanza de un antes o un después.

Las mujeres entraban a la selva a pedir comida en lugar de hijos porque lo segundo sobraba y se carecía de lo primero.

Cuando había pan era del hijo. Si había arroz era del hijo. Para la madre nada. Las madres nada merecen tener y ella se había cansado de eso, del hijo y de su peso, de su pobreza heredada, de ser mujer y del derecho al hambre que no le permitían sentir.