ritmo de trabajo prácticamente idéntico que abarcaba desde las tareas necesarias en el campo y en la ganadería hasta las de hilar, tejer, salar carnes y pescados, lavar la ropa de todos, en especial de niños, enfermos y ancianos, amasar y cocinar el pan, todo para que, al menos, la familia comiese al día pan con una sopa largamente hervida.