A contracorriente del desapego y la indiferencia que reivindica la literatura contemporánea, Marco Missiroli —laureado con innumerables premios en Italia, entre ellos el Campiello Opera Prima 2006 y el Mondello 2015 con esta obra— ha volcado toda su intimidad en este impúdico y pormenorizado relato de la educación sentimental de Libero Marsell, el protagonista, desde el día en que, con doce años, sorprende a su madre con el mejor amigo de la familia, hasta pasada media vida, cuando encuentra por fin el amor duradero.
Tras el nacimiento de su hijo, Libero comienza a escribir sus memorias. A partir de aquel imborrable instante de su niñez en el que descubrió con toda crudeza que la pasión no sabe de ataduras y convenciones, la historia recorre las últimas décadas del siglo pasado entre París y Milán. Así, echando la vista atrás, Libero rememora las numerosas experiencias sexuales y repasa el sinuoso proceso de madurez que lo lleva, finalmente, a percatarse del generoso y acogedor mundo de las mujeres. Primero Marie, la bibliotecaria, dispensadora de sabiduría, enamorada de los libros y de su soledad; más tarde Lunette, que le enseña el poder devastador de los celos y de la que huye, dejando atrás su existencia bohemia en París. Y por último, el frenesí de Milán, donde, entre los compañeros de la infancia, los textos de Buzzati y la taberna de Giorgio, se embarca en un sinfín de aventuras amorosas hasta que el encuentro fortuito con una persona lo conduce a alcanzar la insospechada plenitud.