La poesía de Christian Peña se ha consolidado a golpe de versos en la lírica mexicana. Desde su primer libro, ha logrado crearse un estilo y una manera de hallazgo poético que ya reconocen sus lectores. Ya sea que escriba sobre el mito, la enfermedad o el arte, la producción poética de Peña, cimentada en la experimentación formal y las reinvenciones textuales, es siempre biográfica y no obstante literaria, es personal y es extranjera. Por eso sus personajes siempre nos resultan próximos, humanos, traspasados por la equivocación o el miedo.
Expediente X.V. puede leerse como un libro de poemas, como una novela policiaca o como un perfecto teatro de sombras. En estas páginas el poeta es una suerte de Sherlock Holmes que, atormentado por su propio pasado, investiga la muerte del poeta mexicano Xavier Villaurrutia. Todos los sospechosos son llamados a declarar. Las pistas y documentos que el autor encuentra durante su investigación conforman una suerte de expediente policíaco. Así, valiéndose del verso y de la prosa por igual, el investigador hace un análisis profundo de la obra poética de Villaurrutia, pero en lugar de encontrar algún indicio que pueda explicar la muerte del poeta, encuentra sus viejas obsesiones, su pasado, su propia nostalgia de la muerte.