«El ser racional, que es el hombre, está compuesto de dos substancias, íntimamente unidas. Por la ley de armonía que rige esta estrecha unión entre dos elementos dotados de distinta y hasta opuesta naturaleza, resulta un solo y admirable ser, dotado de las propiedades que corresponden a cada una de las dos substancias que concurren a su formación, más algunas otras que son propias del ser uno, que resulta del estrecho enlace de los dos elementos constitutivos.