Sólo es libre el que sirve, que ofrece su voluntad a otros y emplea sus fuerzas en una obra, sin hacer preguntas. Sólo la mitad de la acción es obra nuestra: el principio y el final, la causa y el efecto, pertenecen a los dioses. Líbrame de mi voluntad, porque querer es confusión y servir es sabiduría, y te estaré agradecido, rey.