El poemario Dejo mi sombra constituye un summum tanto de la vida del poeta como de la cultura aimara. Esta obra es la entrega simbólica que hace el autor de aquello que le es más preciado: sus más íntimas preocupaciones, reflexiones y visiones del universo aimara. Es por esta razón que la entrega poética de sus memorias significa a la vez un dolor y una alegría para él y también para su pueblo: en Dejo mi sombra el acto poético tiene el valor de la catarsis, del desprendimiento libre de cualquier reserva y simulación.