La ambigüedad del título de este libro queda rápidamente resuelta en cuanto se ve su estructura. Si bien es un registro del paso del tiempo, no se trata de un diario íntimo sino de un objeto hecho a semejanza de un periódico. Sus partes reproducen las secciones de un diario: Cultura, Policiales, Economía, Pronóstico del tiempo, Guía de cine, teatro y música, Deportes.
Si en Obras, su libro anterior, Édouard Levé inventa quinientas treinta y tres obras/proyectos que en su mayoría nunca fueron realizados, en Diario ningún material de la composición le es propio. Se trata de una particular selección de fragmentos de notas periodísticas efectivamente publicadas en distintos medios a las cuales les borra toda referencia: no hay nombres propios de personas ni de lugares, tampoco fechas ni títulos de libros o de películas. Mediante este procedimiento formal, con claras reminiscencias oulipianas, Levé muestra la construcción de la noticia, dejando ver su esqueleto y, por lo tanto, poniendo en evidencia su artificialidad.
Un libro deslumbrante que genera un efecto de lectura inesperado, porque si de los hechos narrados no conocemos lugar, protagonista ni tiempo, pueden haber sido realizados en cualquier lugar, por cualquier persona y en cualquier momento.