política consciente, de autoprotección, íntimamente ligada a la conservación de los intereses dinástico-imperiales. Pero una vez “allí, para que todos lo vean”, podía copiarse como las reformas militares prusianas de principios del siglo XIX, y por la misma diversidad de sistemas políticos y sociales. El único rasgo persistente de este estilo de nacionalismo era, y es, su naturaleza oficial, es decir, algo que emana del Estado y sirve a los intereses estatales ante todo.