Cautiverios y otros accidentes doméhisticos fue escrito entre 2020 y 2022, en plena pandemia. En el contexto real del confinamiento obligatorio, la idea del cautiverio, del estar adentro, de la introspección forzada por circunstancias externas se ofrece como el punto de fuga en el que convergen los motivos de cada poema. Dentro de los límites del espacio doméstico, tradicionalmente femenino, María Cecilia Villafañe explora el ancho mundo de la casa de la infancia y su historia familiar, las amistades truncas, los matrimonios rotos en peleas de cocina y los affaires silenciosos.
Los cautiverios de esta colección encierran duelos y preguntas sin contestar. Ante todo, sin embargo, están quienes habitan estas pequeñas cárceles. Como fantasmas recurrentes aparecen personajes femeninos clásicos y modernos, ficticios y reales. La voz poética relee con furia la historia de estas mujeres y niñas y las expone como heridas que todavía duelen, signos de una violencia que se proyecta y reproduce a escala en ese microcosmos doméstico.
A los poemas los acompañan fotografías revueltas del archivo familiar de la autora, el aura de otras épocas capturada en la candidez de una vida cotidiana que parece arcaica pero, a juzgar por los textos, perdura subrepticiamente puertas adentro.