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Stefan Zweig

Viaje al pasado

  • Ana Paula Carrillohas quotedlast year
    o balanceo; el tren, como una cuna de hierro, mecía sus sueños. Y mientras abajo las ruedas traqueteantes corrían hacia un porvenir todavía invisible que reservaba a cada cual algo diferente, los pensamientos de los dos flotaron en sueños regresando al pasado
  • Ana Paula Carrillohas quotedlast year
    Sólo cuando uno levantaba la vista, veía, velada por la oscura nebulosa de la incierta sombra de las lámparas, la tierna mirada del otro que se dirigía hacia él con amor.
  • Ana Paula Carrillohas quotedlast year
    Pensé en telegrafiarte, pensé en ir a tu casa, y ahora, conforme el reloj avanzaba y aún no te veía venir, la idea de que pudiéramos perdernos el uno al otro una vez más me desgarraba por dentro. P
  • Ana Paula Carrillohas quotedlast year
    Pero este leve reproche no era más que un juego de sus labios sonrientes; sus pupilas encendidas irradiaban la claridad azul de una absoluta confianza.
  • Ana Paula Carrillohas quotedlast year
    ¡Ahí estás!—repitió de nuevo, y su voz recorrió esa escala que asciende cada vez más luminosa desde la sorpresa hasta la absoluta felicidad, mientras miraba la figura de la amada, rodeándola de ternura—. ¡Ya empezaba a temer que no fueras a venir!
  • Rachel Folkhas quoted4 years ago
    amor sólo se confirma de verdad como tal cuando deja de revolverse dolorosamente en el interior de uno, oscuro como un embrión, y es nombrado con los labios y el aliento, cuando se atreve a confesar su existencia
  • Jośe Carrasco Amadorhas quoted4 years ago
    No está en la esencia de la naturaleza humana vivir sólo de recuerdos, y así como las plantas y cualquier ser necesitan la fuerza nutricia de la tierra y la luz del cielo filtrada una y otra vez, para que sus colores no palidezcan y sus cálices no se deshojen marchitos, también los sueños, que parecen no ser de este mundo, necesitan alimentarse de sensaciones, el sostén de la ternura y de lo palpable, de otro modo su sangre y su intensidad pierden brillo.
  • Dianela Villicaña Denahas quoted3 days ago
    Un ligero roce a su lado lo sobresaltó: la mano de ella con los dedos cubiertos por los guantes diciéndole tiernamente a la suya que no se crispase en un puño feroz. Él apartó su mirada absorta..., ella lo miraba suplicante, sin decir nada, tirando levemente de su brazo para que se pusiera en marcha.
  • Dianela Villicaña Denahas quoted3 days ago
    Así pasaron semanas y meses, matándose a trabajar un año y luego medio año más; ya sólo quedaban siete minúsculas semanas hasta la fecha fijada para su regreso. Hacía mucho tiempo que había calculado con desmesurada impaciencia la partida del barco y, para sorpresa del empleado que hacía las reservas, ya había reservado y pagado su camarote en el Ar
  • Dianela Villicaña Denahas quoted3 days ago
    Hacía más de nueve años que se habían visto por última vez. Separados desde entonces por una distancia insalvable, se sentían doblemente violentos al estar juntos de nuevo sin poder iniciar una conversación. ¡Dios mío, qué largos, qué vastos habían sido aquellos nueve años, cuatro mil días y cuatro mil noches, hasta ese día, hasta esa noche! ¡Cuánto tiempo, cuánto tiempo perdido! Y, sin embargo, en su mente destacaba un único recuerdo, un segundo antes de haberse conocido,
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