En Primera persona, Margarita García Robayo escribe un conjunto de ensayos irreverentes sobre distintas facetas de su ser más íntimo. La autora se sumerge hasta las profundidades de sí misma —y de ese mar que a veces detesta—con ironía y con absoluta libertad. La salud mental, la lactancia, las construcciones raciales, el feminismo y el amor por el padre son algunos de los temas que aborda en este libro subversivo e indócil, que complejiza la exploración de la memoria y la identidad: “Ser mujer, entre otras cosas, significa nacer con una historia de marginalidad incorporada”. Un libro incómodo, seductor, despiadado en el mejor de los sentidos, que deslumbra por su agudeza. La primera persona de García Robayo es capaz de resonar en mil cabezas.