Tú tienes suerte: serás una mujer. Nosotros, los hombres, no valemos para nada. Siempre buscamos cosas que, además, no conoceremos jamás. Destruimos nuestras vidas lejos de los demás por culpa de nuestra locura sin límites. El verdadero ser humano es la mujer. Nosotros somos unos simples seres modificados, tarados. Puesto que no podemos sacar al mundo de nuestro vientre, lo sacamos de nuestra cabeza. La mujer vive, el hombre escribe.»